miércoles, 12 de junio de 2013

JUNTOS PERO NO REVUELTOS

¡¡¡HOLA DE NUEVO!!!
Aquí estoy otra vez, en esta entrada creada por y para l@s lector@s de LA HEREDERA, presentes, pasados o futuros (que espero que los haya), presentando a dos nuevos personajes secundarios de mi novela.
Ellos son la viva imagen del antagonismo, como el Barça y el Madrid, el ratón y el gato, el agua y el aceite. Dos maneras de vivir diametralmente opuestas, ambos representativos de una parte de nuestra historia... O lo que es lo mismo, el capitán de la Guardia Civil Álvaro Salcedo y el bandolero más cruel y sanguinario, Francisco Heredia, alias "Paquillo"

Comenzaremos por el capitán Salcedo.


Fiel exponente de todos los atributos que, entonces, debía tener un Miguelete que se preciara de serlo: con el olfato de un sabueso, la sagacidad de un zorro y el instinto cazador del mejor de los depredadores, Salcedo llega a Ronda con una sola cosa en la cabeza... Cazar al Marqués.
¿Lo conseguirá? Aquí os dejo un pequeño extracto para que saquéis vuestras propias conclusiones.

"[...]
-Y bien -dijo, entrelazando sus manos sobre la superficie de la mesa-. ¿En qué puedo ayudarle?
-He recibido cierta información acerca del último golpe del Marqués. Y después de preguntarme por dónde empezar para confirmarla, decidí que un párroco conoce a sus feligreses mejor que un alcalde o un gobernador, ¿no le parece?
-Se olvida de las tabernas y los prostíbulos, aunque no le falta a usted razón. Pero hoy es domingo, el día que Nuestro Señor creó para descansar. ¿Va usted a contradecirle?
Bajo el bigote, Salcedo torció apenas la boca, sorprendido ante el intento de esquivar su inminente interrogatorio. Clavó sus ojos escrutadores en el semblante pétreo de don Fabián e intuyó que, si era conocedor de algún secreto, no sería fácil sonsacárselo. Aquel cura era perro viejo, concluyó"

Y aquí viene el segundo en discordia, Paquillo.



Hijo de un legendario y anciano bandolero indultado por el rey, Paquillo hace gala de unos métodos fríos y crueles a la hora de asaltar a sus víctimas. No contento con dejarles sin un céntimo, no duda en acabar con ellos de las maneras más sórdidas. Su extraña relación con el Marqués le llevará a...
¡Uy, que no puedo contar más! Aquí os dejo unas palabras suyas...

"Con una risa burlona, Paquillo soltó las riendas de su caballo y abrió la bolsa. Cuando vio su contenido, se le escapó un largo silbido de aprobación.
-Vaya, Marqués -dijo-. Si tu corazón es tan grande como tu bolsillo, ciertamente tienes un gran corazón.
El aludido se inclinó hasta quedar frente a él. Sus ojos se hallaron a la misma altura y se igualaron en ferocidad.
-Que esta noche no haya matado a nadie no significa que no pueda hacerlo -susurró, con la amenaza latente en cada una de sus palabras-. No saques lo peor de mí, porque aún no me conoces. -Con gesto enérgico, tiró de las riendas y se alejó de él unos pasos-. ¡Vigila tus espaldas, Paquillo! ¡Nunca se sabe por dónde te pueden atacar!".

Y hasta aquí mi pequeña incursión de hoy. Espero que os haya gustado y, por supuesto, deleitado.

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