viernes, 19 de julio de 2013

QUE SOY GITANA

Madre mía, qué trajín llevo esta semana. Tengo tantos frentes abiertos que no sé a cuál atender. Entre la entrada del booktrailer, la espera horrible de mi segundo manuscrito "ESdtN", y el proceso de documentación y comienzo de mi tercera novela, casi se me olvida mi cita semanal con los personajes de LA HEREDERA.
Así que aquí estoy de nuevo, acompañada de... (redoble de tambores) ¡¡¡ROSALÍA!!!
Una gitana de cuerpo entero, como ella se define en uno de los pasajes inéditos (no publicados) de la novela, fiel sirvienta de la familia Robles desde que era joven. Eso hace que sea la principal defensora de nuestra heroína Elena. Su aya, la persona sabia que emite consejos nacidos desde el juicio más profundo, pese a que su personalidad esté exenta de todo tipo de prejuicios. Su amor por Elena (a la que crió desde su más tierna infancia hasta la muerte de su padre) la llevará a tomar decisiones un pelín arriesgadas.


Quizá sea porque, como dice el refrán "a la vejez, viruelas", o quizá porque su dilatada experiencia en la vida le hace ver cosas para las que otros permanecen ciegos, Rosalía es el bastón que guía los pasos de Elena hacia un destino mucho más conveniente para su "niña".
Después de mucho pensar, esta vez creo que voy a dejaros dos fragmentos para que la conozcáis un poco mejor. Uno de ellos inédito; el otro, publicado. Empezaremos por el primero:

"[...] Podría haberla tachado de vieja entrometida, pero una levísima sonrisa en sus labios arrugados le dijo que aquella excusa no era más que una sutil estratagema.
-Señora, le juro que si Elena no estuviera día y noche en mis pensamientos, la cortejaría a usted -correspondió muy serió y besando su mano-. No encontraría una dama mejor en muchos kilómetros a la redonda. Es usted tan bella por fuera como por dentro.
-Y usted un lisonjero de cuidado -graznó ella, al tiempo que desaparecía apresuradamente, dando fe de que el cansancio no era un problema para ella".

Y aquí va uno de los "oficiales":



"[...]-Sí... -admitió, aún avergonzada.
-Entonces, debes deshacerte de tu virginidad cuanto antes.
-Pero él... Bueno, tiene una fama terrible con las mujeres y...
-Nadie está hablando de matrimonio, ni de actitudes respetables. Tú no necesitas ninguna de las dos cosas. -Limpiándose las manos en el delantal, Rosalía tomó asiento de nuevo junto a ella, y su voz se tornó más íntima-. Tu ignorancia acerca de lo que rodea el acto sexual y el deseo carnal coincide con tu iniciación en el mundo de la sensualidad, y puede que esa mezcla resulte atractiva para ese hombre. Tu cuerpo está despertando a nuevas sensaciones, mi vida. Cuando decidas abrirte por completo a ellas, serás consciente del inmenso poder que ello te dará".

Hasta aquí las palabras de mi viejecita preferida. Espero que os hayan gustado.

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